¿Cómo debes abordar la rehabilitación de un ACV? Aquí te dejamos algunas alternativas que puedes evaluar para tu recuperación.
Como ya vimos en el blog sobre accidentes cerebrovasculares isquémicos y hemorrágicos, sus diferencias implican también distintos tratamientos inmediatos para cada uno. En el primer caso, se suministra un medicamento trombolítico (activador tisular del plasminógeno). Este medicamento llega por la sangre hasta el cerebro y así disuelve el coágulo.
Pero si se trata de un ACV hemorrágico un anticoagulante puede empeorar la situación. En este sentido, se debe controlar la hemorragia y reducir la presión, ya sea con medicamentos o cirugía. Asimismo, el tratamiento dependerá de la causa de la hemorragia y si esta se generó dentro o fuera del tejido cerebral.
Una vez que se ha cubierto la emergencia, se da paso a un proceso de rehabilitación. ¿Cuáles son estas opciones?
3 tratamientos para una persona que sufrió un accidente cerebrovascular
Recuerda que como vimos anteriormente, las secuelas de un ACV pueden ir desde el habla hasta de movilidad. De esto dependerá el tipo de tratamiento que se aplique en cada persona. Lo importante es que la rehabilitación se inicie lo antes posible, ya que si una persona queda inmovilizadapor mucho tiempo, puede perder fuerza en su músculos lo que hará mucho más lenta la recuperación.
Pero en términos generales podemos distinguir algunos de lo más utilizados:
1. Tratamiento físico
Se trata principalmente de tratamiento kinesiológico/ocupacional en el que se realizan:
- Ejercicios de motricidad: para mejorar la fuerza muscular y coordinación.
- Entrenamiento para uso de ayudas técnicas: enseñar a usar artículos como una silla de ruedas o andador, para hacer más fácil el desplazamiento, mientras vuelves logras recuperar el movimiento funcional.
- Terapia inducida por restricción (uso forzado): consiste en suprimir el uso de una extremidad no afectada para que practiques el movimiento con la extremidad afectada y así mejorar su función.
- Terapia de amplitud de movimiento: algunos tratamientos o ejercicios ayudan en la recuperación la amplitud de movimiento.
- Manejo de la espasticidad: con ejercicios de movilidad, tratamiento farmacológico o el uso de FES.
Tomando este último punto, también existen alternativas que incorporan tecnología. Es el caso de la electroestimulación funcional. El uso de FES se recomienda como complemento a la terapia ocupacional convencional, ya que puede optimizar los resultados de la rehabilitación y reducir el tiempo de recuperación (como en el caso de las extremidades superiores o la marcha).
2. Actividades cognitivas
La terapia ocupacional y la terapia del habla pueden ayudar con aquellas capacidades cognitivas que se perdieron luego del ACV. Por ejemplo la memoria, el procesamiento, la resolución de problemas, las habilidades sociales, el juicio y la conciencia de seguridad.
Asimismo para los trastornos de comunicación, la terapia del habla puede recuperar las habilidades perdidas en esta materia que incluye audición, escritura y comprensión.
3. Terapia psicológica
Para enfrentar todo lo que viene después de sufrir un accidente cerebrovascular es fundamental que te encuentres en buenas condiciones emocionales. De hecho, el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, afirma que muchas personas que han sufrido este trauma necesitan terapia para para hacer frente a la depresión,la ansiedad, la frustración y la ira.
Aquellas persona que han sobrevivido a un accidente cerebrovascular y tiene depresión suelen ser menos propensos a seguir los planes de tratamiento, además pueden ser irritables o tener cambios de personalidad.
Básicamente es aprender a vivir tu vida de manera completamente distinta a lo que estabas acostumbrado, por lo que es normal que necesites de herramientas que te puedan ayudar a llevar tu rehabilitación de la mejor manera posible.
Conclusión
Estos tratamientos para una persona que sufrió un accidente cerebrovascular abarcan distintos aspectos, desde los movimientos funcionales hasta la emocionalidad. Es aconsejable que pidas un diagnóstico a experto para que puedas dilucidar qué terapia necesitas. La idea es que puedas evaluar distintas alternativas.
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